Departamento de Bioquímica

Gertrudis de la Fuente (Madrid, 1921 - Madrid, 2017)

Gertrudis de la Fuente

Fotograma del documental GERTRUDIS (La mujer que no enterró sus talentos). Copyright: Zeta Films. Por cortesía de Medardo Amor y Ángel Almazán

La Dra. Gertrudis de la Fuente fue una figura esencial tanto para el establecimiento del Departamento de Bioquímica en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) a finales de los años 60, como para el desarrollo en esta Facultad del Instituto de Enzimología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), consustancial al Departamento desde la fundación de este último. Gertrudis falleció el pasado 23 de enero a los 95 años de edad. Con ella se nos fue quien, a partir de los últimos años 50, compartió con Alberto Sols la labor del inicio y consolidación en España de una investigación bioquímica contrastable con la que se hacía en los países científicamente desarrollados.

Su vida fue un trayecto de esfuerzo intelectual tenaz desde la edad más temprana. Aunque nació en Madrid, pronto tuvo que trasladarse con su familia a Arroyo de Malpartida en Cáceres, un poblado donde su padre, ferroviario de profesión, fue destinado. Contaba ella de su deseo insistente de estudiar y saber desde niña, aún con las dificultades de entonces y particularmente en un ambiente rural, donde pasar de una mínima instrucción primaria era poco común para una mujer, e incluso estaba mal visto.

Relataba su empeño en iniciar el bachillerato, tras su vuelta a Madrid en 1935, pero que por circunstancias familiares y con la guerra civil por medio no pudo finalizar hasta los 21 años. En 1948 se licenció en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid, donde las palabras del catedrático de Química Orgánica Manuel Lora Tamayo sobre una ciencia nueva muy esperanzadora, la Bioquímica, despertaron su primera atracción por ella. Se doctoró en 1955 en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense bajo la dirección de Angel Santos Ruiz -único catedrático de Bioquímica en España por aquel entonces-, que le asignó el estudio de la descarboxilasa pirúvica de la levadura; asegurando su sustento con clases particulares y alguna beca. Prácticamente autodidacta y lectora fascinada (en el libro reciente de A. M. Pascual-Leone sobre la investigación biomédica en España, refiere que entonces “leer Science, Nature, el Journal of Biological Chemistry o el Biochemical Journal era como asomarse a otro planeta”), publicó parte de su trabajo de tesis en la revista Nature -siendo una de las primeras mujeres, si no la primera, que publicó en esa revista en España-. La aparición de Alberto Sols -recién vuelto de los Estados Unidos-, en un seminario invitado por Santo Ruiz en el que mostró sus trabajos, le decidió irrevocablemente a dedicarse, subyugada, a la investigación bioquímica. Le pidió trabajar con él y tras finalizar su tesis se incorporó al incipiente laboratorio de Sols, entonces en un sótano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, iniciando a partir de ahí con él y su naciente grupo -en el que permaneció toda su vida profesional- la labor pionera del desarrollo en nuestro país de investigación bioquímica de calidad internacional, esto es, equivalente a lo que ahora se predica como investigación de excelencia. No importaban las dificultades -propias de la época-, el entusiasmo era desbordado. Hoy es historia.

Obtuvo por oposición la plaza de Colaborador Científico del CSIC, luego de Investigador Científico y en 1969 accedió a Profesor de Investigación. En 1956 el grupo se trasladó al recién creado Centro de Investigaciones Biológicas en la calle Velázquez, formando parte del Instituto Gregorio Marañón, del que fue Secretario, y en 1970, el grupo completo, ya constituido como Instituto de Enzimología del CSIC, se incorporó a la Facultad de Medicina de la UAM -donde Gertrudis fue nombrada Catedrático ad honoren-, para desarrollar la docencia de la bioquímica, en la que participó a todos los niveles, y poner en marcha la nueva Facultad. Durante casi 20 años fue Secretario de este instituto, centro primigenio del actual Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols, Centro Mixto CSIC-UAM. Participó muy activamente en la fundación de la Sociedad Española de Bioquímica, de la que también fue Secretario, y en la de la Federación Europea de Sociedades de Bioquímica.

Su investigación se dirigió inicialmente al estudio del transporte de azúcares en levadura. La mayor parte de su trabajo se centró en torno a los mecanismos de la catálisis enzimática y aspectos patológicos de la misma en el metabolismo de carbohidratos, destacando aquí lo que fueron sus aportaciones más sobresalientes. Por un lado, la primera demostración experimental de la hipótesis del ajuste inducido de Daniel Koshland, como desencadenante de la catálisis por el cambio conformacional provocado por la unión del sustrato al centro activo, al detectar el extraordinario incremento de actividad ATPasa en la hexokinasa de levadura -tan familiar a Sols-, en presencia de xilosa, análogo de glucosa. Por otro, su labor, también pionera, trasladando su experiencia con enzimas a problemas de patología humana, especialmente errores congénitos del metabolismo. Desarrolló el diagnóstico enzimático de diversos de estos trastornos a petición de hospitales de toda España. Sus cursos teórico-prácticos de Enzimología Médica, diseñados a este fin, dejaron una impronta en los abundantes clínicos que a ella acudieron. Destacó también especialmente su participación como coordinadora de la investigación básica en el síndrome tóxico causado por el aceite de colza desnaturalizado, y luego de Toxicología en la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica. Formó parte del Consejo Nacional para el Plan de Prevención de la Subnormalidad.

Fue Comendadora de la Orden de Alfonso X el Sabio, Consejero Adjunto del Patronato Santiago Ramón y Cajal y Premio del mismo, y premiada por la Sociedad Española de Cardiología por sus aportaciones a esa especialidad. Se le concedió la medalla de Socio de Honor de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, en el congreso del 50 Aniversario de su fundación celebrado en 2013.

Fui testigo de su generosidad, siempre presta a la ayuda en conocimientos, en dificultades de gestión e incluso en lo material -a partir de sus propias expensas-. Como puede observarse en algunos entrañables cortometrajes existentes en internet, testimonio de su personalidad admirable.

Su sencillez genuina, su aguda capacidad crítica y su talante permanece en los que la conocimos, su enseñanza, en todos aquellos que se nutrieron de su magisterio.

Juan J. Aragón